RONY GULLÉ

Hacia donde pertenecemos caminamos, a la intemperie, despojadamente, y el reflejo de este desapego captura el ojo. Ya que DESPOJO, en su pluralidad de significados remite a la paradoja: Hurto – Desprendimiento, Robo – Restitución, Saqueo – Devolución. De este modo, se establece la relación entre: Creador – Obra – Observador. Es decir, el creador asume todos los significados referentes a la entrega, al traspaso de información que plasma como creador la vida de la obra. Luego, ésta en vida asume el rol de despojar al observador de lo accesorio como única condición para agudizar la representación paradojal de la ecuación.

  El creador se despoja libremente como acto sagrado, la obra se manifiesta y le roba al espectador su ver. El observador a través de la obra restituye con su mirada al creador. Este acto de transacción inconsciente crea un vínculo de miradas, situando al creador, la obra, y el observador en un mismo campo (nivel). Tanto artista como espectador se desprenden de sus miradas para dar paso a la configuración original:
El “UNO”, la Obra, que en su integridad anula la dualidad, e iguala las contradicciones.